al atardecer se esparce por el jardín el aroma ajazminado y dulce y suave de sus flores arracimadas.
Ocupa su ugar en Occidente a las Puertas del Templo hacia la columna de la Hospitalidad. Muestra la dulzura de las noches estivales, el éxtasis nocturno. Produce una suave embriaguez y un sentimiento de placidez y dulzura.